Las buenas intenciones: En los árboles

11.12.06

En los árboles


A veces escribo cartas para no sentirme atado,
para no aferrarme a remilgos que yo quisiera abolidos
de mi vida. De mi vida.

Y pinto de colores los sobres. En el remite soy un enigma.
Espero siempre una respuesta para sentrime querido
como los niños chicos. Como los niños chicos.

Mensajes que llegaran, papeles envolviendo una piedra.
Mensajes de cariño que rompìeran el cristal de mi cuarto.

Quién pudiese ingerir un fármaco precioso...,
Convertir en realidad todos esos sueños.

Cartas que me dijesen cosas bonitas
como que vendrás a maullarme de contraseña en la madrugada
bajo mi ventana. Bajo mi ventana.

Que corriéramos campo a través, a la luz de los fulgores del alba.
Chispas blancas sobre el rojo violento. Y que hiciésemos cabañas
en los árboles. En los árboles.
Mensajes que llegaran, papeles envolviendo una piedra.
Mensajes de cariño que rompieran el cristal de mi cuarto.

Quién pudiese ingerir un fármaco precioso...
Convertir en realidad todos esos sueños.
Este disco (El último de la fila, Como la cabeza al sombrero), salió en 1988. recuerdo pasarme horas mirando la portada, leyendo las letras, escuchar las canciones cientos de veces: en casa, en el coche, grabadas en mis cintas...ya entonces, hace dieciocho años. Dieciocho! En dieciocho años siento que se ha cerrado un ciclo y que lo que leía interiorizando sin comprender bien, sólo atisbando, se hace realidad. O quizá me he encontrado con esta canción otra vez y me ha pillado con la guardia baja, a saber. Ahora me quedo un rato más, meciéndome en este rincón cómodo, viejo, que me conoce tan bien.